viernes, 16 de febrero de 2018

No me lo quitéis...

Muchas noches sueño que intento agarrar a mi hijo mientras se lo llevan, que intento agarrarle como un globo que se escapa hacia el cielo... y no puedo, se aleja cada vez más... Es uno de los sentimientos que me causan más dolor, más impotencia. 

Tuve a mi bebé en brazos tan poquito... en shock, sin tener ninguna capacidad de decisión, dejándome llevar por las comadronas y ginecólogas que me atendieron. Y me da una pena terrible no haber estado más entera, más fuerte, para decir: NADIE TOCA A MI BEBÉ. No os lo llevaréis, vendrá conmigo. Nadie me quitará a mi bebé hasta que yo esté lista, hasta que me de cuenta de que jamás voy a volver a verle. 

Me imagino como hubieran sido esos días de ser consciente de lo que me estaba pasando. Me imagino que obligo a un parto inmediato y a intentar una reanimación. Imagino que no dejo que se lleven a mi hijo antes de tenerle en mis brazos, calentito. Imagino que digo que nadie va a tocar a mi hijo, que no le harán autopsia, que no se quedará en la morgue, que no se lo llevará ningún desconocido a ningún lado. Quiero quedármelo más... más por favor...¿como pude dejar que se lo llevaran? ... si, ya recuerdo... estaba en shock. Debo perdonarme tantas cosas... 

Es tan frustrante no poder volver a cogerle, recordar esos minutos tan cortos, tan frágiles, tan tristes. 1 año más tarde aun me siento con el corazón roto y los brazos vacíos. Los brazos vacíos, necesito alcanzarle, volver a sostenerle, volver a acunarle. Mi bebé precioso...

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